domingo, 11 de septiembre de 2011

NUTRICIÓN VEGETARIANA: análisis clínico - bioquímico

Dr. Cristian Megyes


Las pruebas científicas son cada vez más y contundentes, y permiten concluir que la adopción de una dieta vegetariana, una forma de nutrición vegetariana, es un factor muy importante para la salud humana.


Existen comentarios teóricos y poco fundados, tanto de médicos como de investigadores, referidos a la necesidad de alimentarse con algún tipo de carne para evitar algunas deficiencias nutricionales; pero, las teorías sobre nutrición deben ajustarse al real estado de la salud de las personas, y todo planteo de supuestas deficiencias nutricionales debido a la nutrición vegetariana, debe tener su correlato en el desarrollo de alguna enfermedad, lo que estadísticamente queda invalidado, porque los vegetarianos tienen mucho menos incidencia de las principales enfermedades humanas, y mayor predisposición a vivir más tiempo, según la mayor parte de las investigaciones.

No se puede decir que alguien se nutre correctamente, acorde a parámetros mal analizados, históricamente, como son los actuales, cuando su forma de nutrición es factor de desarrollo de las más mortales enfermedades (no infecto contagiosas). En concreto, es un sin sentido científico decir que es necesario consumir algún tipo de carne, por errados conceptos nutricionales teóricos, históricos, mal analizados, cuando el consumo de carnes está asociado a desarrollo de graves enfermedades.


Se demuestra, en la gran mayoría los trabajos de investigación científica (estamos hablando de miles de investigaciones, y año a año se van agregando más), que el consumo de carnes es un factor clave en la incidencia y desarrollo de las principales enfermedades que afectan la humanidad, que no son infectocontagiosas, y que más matan, como son determinados cánceres, enfermedades cardiovasculares, incluyendo hipertensión, infarto cardíaco y Accidentes Cerebrovasculares, insuficiencia renal, diabetes, enfermedades neurodegenerativas, obesidad, etc. Y muy pocos son los planteos contrarios a adoptar este tipo de nutrición, pero en ningún caso se confirma que la nutrición vegetariana es causa de alguna enfermedad. Sí existen casos de desnutrición de algún nutriente en particular en vegetarianos, de la misma manera que existen entre gente que se alimenta con carnes, debido a la poca alimentación en cantidad y variedad, y por otros motivos, como son ciertas enfermedades. Por lo tanto, no pueden, estos resultados, ser interpretados como deficiencias como consecuencia del tipo de nutrición sino por errores alimenticios y otros factores propios de las personas. A modo de ejemplo, realizar continuamente prolongados ayunos (varios dias seguidos), moda de algunas personas para bajar de peso, generará algún tipo de deficiencia, sea la persona vegetariana u omnívora. De todos modos, como al final he analizado, lo que es criticado históricamente por profesionales e investigadores de salud son ciertos indicadores bioquímicos y ciertos nutrientes, pero estas observaciones contrarias a la nutrición vegetariana pueden ser claramente explicadas como erradas, sin fundamento.

Las carnes en la alimentación son factores importantes en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, las que están entre las principales causas de muerte en las ciudades industrializadas. Muchos aceptan que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en ciudades industrializadas. En la gran mayoría de los estudios que comparan la nutrición vegetariana con la nutrición omnívora, se demuestra que con la eliminación de las carnes (fundamentalmente las rojas) desciende significativamente el riesgo de desarrollar - y morir por - enfermedades cardiovasculares (infarto cardíaco, insuficiencia cardíaca, infarto cerebral, hipertensión arterial, etc). En uno de los más grandes estudios poblacionales, efectuados a un gran número de habitantes (decenas de miles de personas, lo que brinda una gran información), realizado por la Universidad de Oxford, concluyeron los investigadores, que las probabilidades de muerte por causas cardiovasculares en personas vegetarianas eran alrededor de 25 % menores, comparadas con las de los no vegetarianos y de 30 % (o más) de tener menor probabilidades sufrir enfermedades cardiovasculares. No es poco que un cambio de hábito alimenticio tenga un impacto tan importante en la salud.

También, muchos trabajos concluyen que las carnes, y también principalmete las rojas, son un factor de riesgo para varios cánceres, siendo el cáncer de colon (intestino grueso) uno de los más inducibles, además de otras importantes enfermedades, como son la diabetes, la insuficiencia renal, daños hepáticos, así como la demencia.

Los vegetarianos tienen mejor funcionamiento gastrointestinal debido a la menor probabilidad de tener constipación (algo muy desagradable por los efectos negativos en la absorción de sustancias tóxicas acumuladas de la materia fecal, además del malestar psíquico que a muchos provoca), menor acidez, menor divertículos, entre varios beneficios demostrados. Incluso el reflujo esofágico es menos frecuente en vegetarianos que en omnívoros.

En enero del año 2013, tomando bases de datos de buscadores importantes (Medline, EMBASE, y otras), donde se expone casi todas las más prestigiosas publicaciones de investigación de salud, en el mundo entero, investigadores de las Universidades chinas de Zhejiang y Sun Yat-Sen han concluido (lo que permite despejar toda duda) que las personas que siguen dietas vegetarianas tienen una incidencia significativamente menor, comparados con omnívoros, de desarrollar enfermedades cardiovasculares y todos los cánceres en conjunto, en aproximados 30% y 20 %, respectivamente. Es relevante esta revisión estadística porque actúa a manera de conclusión de muchas investigaciones en conjunto, llevadas a cabo durante los últimos años.

Es importante volver a destacar que las enfermedades en que se ha demostrado la disminución en su incidencia por adoptar una dieta vegetariana, son las primeras causas de muerte por motivos circunscriptos a la salud, y en conjunto, corresponden a la mayor parte de las causas de defunciones en ciudades del mundo.

Considero importante analizar por qué en ciertas investigaciones se observa que la diferencia entre vegetarianos y no vegetarianos, en cuanto a a tasas de cánceres, no es tanta la diferencia a favor de los vegetarianos. La posible explicación la podríamos encontrar en al menos un factor: el alto consumo de suplementos dietarios. El consumo de hierro y vitamina B12, que tanto insisten los nutricionistas a los que llevan una dieta vegetariana, podría ser la explicación. Existen muchas investigaciones que colocan al Hierro como un factor independiente del desarrollo de varias patologías, entre las cuales están ciertos o la mayoría, o quien sabe, todos, los cánceres. Ahora, es normal que muchos vegetarianos, asustados por erróneos conceptos de nutrición, anticuados, consuman altas cantidades de suplementos dietarios. Existen investigaciones que han demostrado que los altos niveles de vitamina B12 en sangre están relacionados con el desarrollo de altas tasas de cáncer. Por lo tanto, todavía no se ha logrado llevar a cabo investigaciones con puros vegetarianos, es decir, sin uso de suplementos dietarios comparados con quienes si consumen. En esta diferencia podríamos encontrar las respuestas de los confusos resultados que algunas investigaciones han brindado. 

Pero no todo es salud física. Además los vegetarianos son menos tendientes a la ansiedad y depresión, dos males tan comunes como los otros.

Entre los principales antioxidantes existentes, benéficos para el metabolismo humano, están los polifenoles, sustancias que, en la casi totalidad, se encuentran en el reino vegetal. Dentro de este grupo están los flavonoides, compuestos con actividades muy variadas como son las inmunoestimulante e inmunomoduladoras, antibiótica, antiviral, antioxidante, estabilizadoras de membranas, anticancerígenas, flevotónicas, reductoras de riesgo cardiovascular. En general los flavonoides actúan protegiendo de la gran mayoría de las enfermedades que nos aqueja. En mi opinión, los polifenoles, por sus innumerables propiedades terapéuticas, no se les da el lugar que deberían tener en la farmacología clínica. Otros poderosos antioxidantes conocidos son la vitamina C (presente en cítricos, tomates, etc), vitamina E (presente en aceites vegetales), los carotenos (presente en espinacas, acelgas, coliflor, berro, perejil, zanahoria, etc).

Las grasas vegetales, en general, son insaturadas, con grandes beneficios cardiovasculares (entre otros beneficios), y además, existen en el reino vegetal, los fitoesteroles, a veces llamados “colesteroles vegetales”, con propiedades opuestas al colesterol animal, de la dieta y del producido por las personas (respecto a sus negativos efectos aterogénicas). Los fitoesteroles, entre otras actividades, impiden la absorción intestinal del colesterol.

Nuestra estructura anatómica comparada con los animales herbívoros, omnívoros y carnívoros, revela que no somos omnívoros ni carnívoros: los humanos tenemos molares desarrollados, caninos no cónicos y pequeños (incapaz de desgarrar músculos y piel), saliva con enzimas para los carbohidratos (ptialina), acidez estomacal suave (incapaz de coagular proteínas musculares crudas), longitud intestinal proporcionalmente grande respecto a la distancia boca – ano (observación: no todos calculan correctamente esta proporción, tal es el caso de los autores Testut y Latarjet en su libro de anatomía humana), estómagos pequeños, pequeña apertura bucal (los animales carnivoros tienen, en general, una gran apertura bucal), tener uñas en vez de garras, transpiración a través de la piel (los carnívoros usan mucho la lengua y el aparato respiratorio para eliminar calor), natural rechazo psíquico a la sangre, a lo muerto y a lo que está en estado de descomposición, entre muchos otros puntos comparativos (para ver un análisis comparativo más detallado, ver el efectuado por Dr. M Mills “LA ANATOMÍA COMPARADA DE LOS ANIMALES”, al final).


Con respecto al tema de lo muerto y en descomposición, hay que aclarar lo siguiente: cuando un animal muere, su cuerpo inmediatamente comienza a descomponerse, siendo éste un proceso irreversible, que sólo puede ser enlentecido, no frenado, a través por frio. Esto significa que, cuando se come algún tipo de carne, se está comiendo productos en descomposición, o mejor dicho, en algún grado de putrefacción. En el caso de los vegetales, cuando se saca un fruto no maduro de alguna planta, el mismo sigue un proceso de maduración previa, y no de descomposición de la manera que ocurre en los cadáveres animales. Cuando tenemos hojas de algún vegetal, sin sus raíces, observemos que tiene otro sistema de vida, ya que muchas pueden ser plantadas dando origen a una nueva planta.


Indicadores bioquímicos y fisiológicos usados como argumentos en contra de la dieta vegetariana y la explicación de por qué son infundados:


Hierro y anemia - no existe todavía un verdadero punto de corte para definir quién es anémico ferropénico (es decir, cuando se tiene bajos niveles de hemoglobina por falta de hierro como para generar algún cuadro fisiopatológico) y quién no. En realidad, no se puede definir un límite, ya que, como muchos indicadores bioquímicos, sus valores máximos y mínimos son sólo valores límites aceptados convencionalmente, según criterios estadísticos, que en muchos casos no tienen consenso generalizado. No obstante esto, la causa de la anemia ferropénica es fundamentalmente debida a parásitos o desnutrición general, aun en personas que llevan una dieta omnívora. No es correcto decir que entre los vegetarianos hay más anémicos ferropénicos que entre los no vegetarianos, cuando en general la principal fuente de hierro en una dieta omnívora son los vegetales y no las carnes.

También hay que aclarar que el hierro es un elemento que genera oxidaciones, y ya está siendo ubicado como factor independiente en el desarrollo de muchas enfermedades. El hierro incorporado a nuestro cuerpo en exceso por suplementos dietarios o por consumo de altas cantidades de carne produce cantidades, en exceso, de radicales libres (elementos oxidantes o inductores a oxidaciones) que superan los sistema de protección propios del cuerpo, y esta sería le explicación bioquímica del porqué el hierro en exceso es perjudicial para la salud.

Ya hay estudios que indican que altas dosis de hierro son factor importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ciertos cánceres (como el cáncer de colon, el de mama), diabetes, insuficiencia renal y su acumulación en el cerebro está asociada a enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

Respecto a este punto es importante razonar algo. La absorción del hierro, tanto en su cantidad como en su velocidad, presente en los productos vegetales es inferior a la de los productos cárnicos. Esto es usado como argumento por nutricionistas y médicos como un punto negativo de la dieta vegetariana porque “entraría” menos hierro al cuerpo cuando se es vegetariano que cuando se come carnes. Pero la naturaleza adaptativa es sabia, y tiene una lógica no siempre entendida: un elemento tan generador de sustancias oxidantes y tan potencialmente tóxico como es el hierro (el hierro libre en sangre, aun en pequeñas cantidades, es mortal), no debería llegar a los ámbitos celulares necesarios muy rápidamente, por lo tanto es necesario que su ingreso sea gradual y muy controlado. Y esa posibilidad la brindan solamente el hierro de los vegetales, no el de las carnes.


Vitamina B12 - anemia megaloblástica: Las principales causas de anemia megaloblástica son por deficiencia de vitamina B12 o ácido fólico o ambas vitaminas. A su vez, la deficiencia de ácido fólico es debido, principalmente, a la mala nutrición, por comer pocos vegetales. En cambio la deficiencia de vitamina B12 es debido a la desnutrición grave, alteraciones en el factor intrínseco (proteína clave en el proceso de absorción de la vitamina B12), la presencia de ciertos parásitos y bacterias que consumen esta vitamina. Muy pocos de los vegetarianos que son veganos (no consumen productos lácteos) desarrollan este cuadro, lo que estadísticamente no tiene valor. De todos modos la dieta ideal sería, a mi entender, la lacto – vegetariana, porque los lácteos son fuente natural de vitamina B12. Todavía no se sabe, porque no se han hecho las investigaciones del tema, cuanta vitamina B12 puede generarse en forma natural por parte de las bacterias del tracto gastrointestinal.

Existen investigaciones que ubican al alto nivel de Vitamina B12 en sangre, como factor, o relacionado, al aumento de riesgo de cánceres. Es un tema para tener muy en consideración. 


 http://jnci.oxfordjournals.org/content/early/2013/11/11/jnci.djt315.full


Homocisteinemia elevada por bajos niveles de B12 – Homocisteinemia significa cantidad de homocisteina medida en sangre. La homocisteina es un aminoácido considerado por algunos como factor independiente de riesgo de enfermedades cardiovasculares. No todos consideran aceptable esto. Todos los vegetarianos tienen altos niveles de homocisteina en sangre, comparado con los no vegetarianos. Pero la teoría muere ante la realidad, ya que como se cita más arriba, los estudios muestran que los vegetarianos tienen alrededor de 25 % menos de probabilidades de morir por causas cardiovasculares y de 30 % (o más) de tener menos probabilidades sufrir enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, estos datos son coherentes con los trabajos que no consideran al aumento de la homocisteina en sangre como un factor de riesgo. Habría que estudiar a la homocisteina como factor más que independientemente, como factor relacionado a alguna otra sustancia que los omnívoros tienen aumentada o disminuida respecto a los vegetarianos, ya que todos los estudios que concluyen que homocisteina es un factor independiente de riesgo cardiovascular, están realizados sin distinguir entre no vegetarianos y vegetarianos (en la mayor parte de estos estudios, la gente es no vegetariana).


Proteínas – Casi no tiene sentido hablar de este tema porque no existe ninguna base científica donde demuestre que el consumo de proteínas vegetales pueda generar alguna deficiencia a nivel proteico. La duda impuesta sobre la calidad de nutrición vegetariana respecto a las proteínas es el resultado del análisis no científico, sino simplemente teórico, de algunos que saben poco de nutrición (inclusive catedráticos). Proteínas como las de las legumbres (porotos, garbanzos, arvejas, soja, lentejas, habas, maní, etc) son de alta calidad, y por otro lado, todas las proteinas vegetales son completas en cuanto a los aminoácidos esenciales, a diferencia de la protiena más común de las carnes, el colágeno (aproximadamente 1/4 de las proteinas de los animales están formados por colágeno), la cual casi no tiene triptofano (lo que le da un valor biológico casi cero), y también es deficiente en otros impotrantes aminoácidos esenciales, además de que en su composición, la glicina, aminoácido no esencial, constituye la tercera parte de sus aminoácidos.
Por otro lado, aquellos que consumen lácteos consumen una de las dos mejores proteínas que hoy están aceptado por la OMS (junto con la proteína de la clara de huevo, la cual es muy controvertida, tema que analizo abajo).


No obstante todo esto, hoy, la tendencia nutricional es a proponer que se coma menos proteínas de las que antes se consideraba, ya que se está viendo que se necesita relativamente poca cantidad para las necesidades fisiológicas.

Y, confirmando, congruentemente, esa tendencia, las interpretaciones derivadas de una última investigación del año 2014, concluyen que el consumo elevado de proteínas animales aumenta el riesgo de cánceres en general (casi 4 veces) y el riesgo de enfermedades mortales también, al menos en personas menores a 70 años de edad, porque induce el aumento de un factor proteico cancerígeno, el Factor de Crecimiento Insulínico - 1 (IGF-1). Y a diferencia de las proteínas de origen animal, las de origen vegetal no producen tal agravación o incluso evitan el grado de mortalidad que provocan las de origen animal.
Con esta última investigación, se derrumba uno de los dogmas de la nutrición, el de la necesidad de consumir proteínas animales. 


¿Por qué no consumir huevo? La clara de huevo tiene avidina, proteína que se une firmemente a la vitamina Biotina, vitamina que normalmente es producida en cantidades considerables por bacterias intestinales, y como resultado de esa unión, impide su absorción por el intestino. Esta vitamina es, como toda vitamina, esencial en el metabolismo. Su deficiencia genera depresión, debilidad muscular, y alteraciones dermatológicas, entre otras alteraciones de la salud. Estas pueden aumentar en ciertos casos de mucho consumo de huevo y llegar a ser graves cuando se consume mucho huevo crudo. La proteína avidina puede ser parcialmente inactivada con el calor, pero no se sabe cuanta avidina es inactiva cuando se come un huevo.


La yema del huevo tiene mucho colesterol. Hoy existen algunas opiniones favorables al consumo de huevo porque se está planteando que su consumo no incide mucho en el aumento del colesterol, y por lo tanto no sería un factor importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Pero, existe una serie de trabajos realizados a un altísimo nivel en cuanto al seguimiento bioquímico, post ingestión de huevo, en los que se demuestra la idea antigua de que el huevo aumenta el colesterol y por lo tanto es factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.

No nos olvidemos que el huevo es una célula animal, y a pesar de que con su consumo no se mate ningún animal, no es natural para nosotros su consumo. ¿Por qué no es natural? El huevo es equivalente a un mamífero gestando, por dentro de la yema se desarrolla el futuro embrión, y la clara con la cáscara son la fuente protección y alimento del futuro embrión, es decir la “madre”. La avidina es un ejemplo del funcionamiento protectivo de la clara y otra proteína, la ovomucoide que es una antripsina enzima que inhibe la enzima tripsina, importante en el proceso de digestión (otras proteínas que actúan fijando cofactores enzimáticos, como algunos metales).

Hace varios años que se sigue confirmando que el consumo de huevo aumenta el riesgo de varios cánceres, como el de próstata, colon, recto, pulmón, mama, vesícula, entre otros.


El tema de la nutrición vegetariana es un tema que hoy no tiene límites, por lo extenso que es y porque continuamente se están desarrollando trabajos de investigación científica que permiten descubrir nuevas ventajas, y otros que confirman trabajos anteriores. Se puede concluir que hoy los resultados de las investigaciones colocan a la nutrición vegetariana como un pilar dentro de la salud humana.




Las bases bibliográficas de este análisis se las puede encontrar en el blog:
http://cienciavegetariana.blogspot.com.ar/














LA ANATOMÍA COMPARADA DE LOS ANIMALES, con relación al tipo de alimentación

Dr. Milton Mills
Traducción: Dr. Cristian Megyes


Normalmente se describen a los seres humanos como "omnívoros." Esta clasificación se basa en la observación de que los seres humanos se alimentan generalmente de una variedad amplia de alimentos vegetales y animales. Sin embargo, la cultura, costumbre y el aprendizaje están confundiendo el entendimiento de la nutrición humana. Así, la "observación" no es la mejor técnica para utilizar al intentar identificar la dieta "más natural" para los seres humanos. Mientras que la mayoría de los seres humanos tienen un comportamiento omnívoro, todavía de la pregunta que se mantiene si los seres humanos son anatómicamente aptos para una dieta que incluya alimentos animales así como alimentos vegetales.
Una técnica mejor y más objetiva es mirar la anatomía y la fisiología humanas. Los mamíferos se adaptan anatómica y fisiológicamente para obtener y consumir una clase particular de dieta (Es práctica común al examinar los fósiles de mamíferos extintos analizar las características anatómicas para deducir la dieta probable del animal) por lo tanto, podemos observar a mamíferos carnívoros (se alimentan de carnes, huesos y restos animales), a los herbívoros (se alimentan de plantas) y a los omnívoros para ver qué características anatómicas y fisiológicas se asocian a cada tipo de dieta. A partir de ahí podremos mirar la anatomía y la fisiología humanas para ver a qué grupo pertenecemos.



Cavidad bucal

Los carnívoros tienen una abertura amplia de la boca con relación al tamaño de su cabeza. Esto confiere las ventajas obvias para desarrollar las fuerzas necesarias para agarrar, matar y descuartizar la presa. La musculatura facial se reduce puesto que estos músculos obstaculizarían una apertura amplia de la boca, y no participan en el proceso de deglución animal. En todos los mamíferos carnívoros, la articulación de la mandíbula es una simple bisagra que está ubicada en el mismo plano de la dentadura. Este tipo de articulación es extremadamente fuerte y actúa como el punto de apoyo para los "brazos de una palanca" formados por las mandíbulas superiores y las inferiores. Los músculos principales usados para articular las mandíbulas en carnívoros son los temporales. Este músculo esta tan desarrollado en los carnívoros que forman la mayor parte del volumen de los lados de la cabeza (cuando acaricias un perro, estás acariciando sus músculos temporales). El "ángulo" de desplazamiento de la mandíbula inferior en carnívoros es pequeño. Esto es porque los músculos masetero y los pterigoides que se insertan en ese lugar son de poca importancia para ellos. La mandíbula inferior de carnívoros no puede moverse hacia adelante, y tiene movimiento de lado a lado, es decir, lateralizado, muy limitado. Cuando muerde, las muelas con forma de cuchilla adyacentes a las mejillas se deslizan unos con otras, actuando como cuchillos que cortan la carne.
Los dientes de un carnívoro están discretamente espaciados para no retener restos de alimentos. Los incisivos son cortos, acentuadas y puntiagudos, y se utilizan para agarrar y destrozar. Los caninos son muy alargados y tienen forma de daga para actuar como puñal, desgarrar y matar a la presa. Los molares (carnassials) son aplanados y triangulares con los bordes dentados que funcionan como las láminas afiladas de las sierras. Debido a la articulación tipo bisagra que se empalma, cuando un carnívoro cierra sus mandíbulas, los dientes laterales a las mejillas actúan juntos de manera que semeja el movimiento de dos láminas cortantes de una tijera.
La saliva de animales carnívoros no contiene las enzimas digestivas. Al comer, un carnívoro mamífero deglute rápidamente y no mastica su alimento. Puesto que las enzimas proteolíticas (que digieren proteínas) no se pueden liberar en la boca debido al peligro del autodigestión (que dañaría la cavidad bucal), los carnívoros no necesitan mezclar su alimento con saliva; simplemente muerden pedazos enormes de carne y los tragan enteros.
Según teoría evolutiva, las características anatómicas consistentes con una dieta herbívora representan una condición más recientemente derivada que la del carnívoro. Los mamíferos herbívoros tienen musculatura facial bien desarrollada, labios carnudos, una abertura relativamente pequeña de la cavidad bucal y una lengua muscular y gruesa. La ayuda de los labios en el movimiento del alimento en la boca y, junto con la musculatura facial (de la mejilla) y la lengua, ayuda en la masticación del alimento. En herbívoros, la articulación de las mandíbulas no está en el mismo plano que el de los dientes, sino que está por encima. Aunque esta articulación es menos fuerte que la del carnívoro, es mucho más móvil y permite los movimientos complejos de la mandíbula necesarios para masticar los alimentos vegetales. Además, este tipo de articulación permite que los dientes superiores e inferiores laterales de la mejilla estén casi juntos a lo largo de las mandíbulas cuando la boca es cerrada, actuando como plataformas que muelen.
El ángulo de la mandíbula se ha ampliado para proporcionar una amplia área para la inserción de los músculos, bien desarrollados, masetero y pterigoideo (éstos son los músculos principales de la masticación en animales herbívoros). Los músculos temporales son pequeños y de menor importancia. Los músculos masetero y del pterigoideo por su forma de inserción permiten desplazar la mandíbula inferior hacia los costados. Por consiguiente, la mandíbula inferior tiene un movimiento lateral pronunciado al comer. Este movimiento lateral es necesario para la acción de moler durante la masticación.
La dentadura de herbívoros es muy variada dependiendo de la clase de vegetales que cada especie particular se adapte para comer. Aunque estos animales diferencian en el tipo y número de dientes ellos los poseen, la variada clase de dientes comparten características estructurales comunes. Los incisivos son amplios, aplanados y semejan a las palas. Los colmillos pueden ser pequeños como en los caballos, prominentes como en hipopótamo, cerdos y algunos primates (en éstos se piensa que son utilizados para la defensa) o ausente. Las muelas, se ajustan y se aplanan generalmente en la parte superior para proporcionar una superficie que muele. Las muelas no pueden deslizarse verticalmente entre unas y otras de manera de semejar el movimiento de una rebanadora, sino que se deslizan horizontalmente para machacar y moler el alimento. Las características superficiales de las muelas varían dependiendo del tipo de vegetal que el animal come. Los dientes de animales herbívoros se agrupan muy cerca entre ellos, de modo que los incisivos actúen como un mecanismo cortante muy eficiente, y los molares superiores e inferiores forman plataformas extendidas para machacar y moler. Los dientes actúan como paredes limitando una cavidad bucal con un espacio grande, el cual es usado durante el proceso de masticación.
Estos animales mastican metódicamente y cuidadosamente su alimento, empujando el alimento hacia atrás y adelante, colocándolo en los dientes que muelen (molares) con la ayuda de los músculos de la lengua y de mejilla. Este proceso cuidadoso es necesario para romper las paredes celulares de las plantas para lograr la liberación de los contenidos intracelular digerible y lograr la mezcla con la saliva. Esto es importante porque la saliva de los mamíferos herbívoros a menudo contiene enzimas que digieren los carbohidratos (ptialina) comenzando de esa manera el proceso de digestión en la misma boca.



Estómago e intestino delgado

Diferencias llamativas entre los carnívoros y los herbívoros se ven en estos órganos. Los carnívoros tienen un estómago (monocámara) simple y espacioso. El volumen del estómago de un carnívoro representa 60-70% de la capacidad total del sistema digestivo. Porque la carne es relativamente fácilmente digerida para ellos, sus intestinos pequeños (donde ocurre la absorción de las moléculas del alimento) son cortos - cerca de tres a cinco o seis veces la longitud de cuerpo. Puesto que estos animales hacen un promedio de una matanza alrededor de una vez por semana, un volumen grande del estómago es ventajoso porque permite que los animales traguen rápidamente al comer, ingiriendo tanta carne como sea posible de una vez la cual podrá ser digerida más tarde mientras descansan. Además, la capacidad del estomago del carnívoro para secretar ácido clorhídrico es excepcional grande. Ellos pueden mantener el PH gástrico muy bajo, entre valores de 1 y 2 (N deT: acidez muy alta) aún en presencia de los alimentos. Esto es necesario para facilitar la digestión de la proteína y para matar las abundantes bacterias dañinas encontradas en las carnes.
Debido a la dificultad relativa con la que son digeridas las plantas (por la presencia de grandes cantidades de fibras indigeribles) los herbívoros tienen un aparato digestivo significativamente más grande y en algunos casos mucho más elaborado que los carnívoros. Ellos consumen plantas que contienen elevadas proporciones de celulosa, la cual debe ser fermentada (en el tracto digestivo por actividad bacteriana) para obtener muchos nutrientes. Se clasifican como "rumiantes" (los fermentadores en porciones anteriores del tracto gastrointestinal) o fermentadores en partes posteriores del tracto gastrointestinal. Los rumiantes son los herbívoros con los estómagos "multi - cámara" (varias cámaras) más conocidos. Los animales herbívoros que comen una dieta de la vegetación relativamente suave no necesitan un estómago "multi - cámara"". Tienen típicamente un estómago simple (una sola cámara), y un intestino delgado largo. Estos animales fermentan las partes difíciles de digerir de las plantas en sus porciones finales del intestino (colon). Muchos de estos herbívoros aumentan la sofisticación y la eficacia de sus tractos gastrointestinales incluyendo enzimas que digieren carbohidratos en la saliva. Un proceso de fermentación del estómago "multi - cámara" en un animal que consumió una dieta de la vegetación suave provocaría un derroche de la energía. Los alimentos y las calorías serían consumidos por las bacterias y los protozoos de la fermentación antes de alcanzar el intestino delgado para la absorción. El intestino delgado de los herbívoros tiende para ser muy largo (10 veces mayor que longitud de cuerpo, medidos desde la boca al ano) para permitir el tiempo y el espacio adecuados para la absorción de los alimentos.



Colon

El intestino grueso (colon) de carnívoros es simple y muy corto, pues sus propósitos solamente es absorber sal y agua. Es aproximadamente el mismo diámetro que el intestino delgado y, por lo tanto, tiene una capacidad limitada de funcionar como un reservorio. El colon es corto y sin apariencia abolsada. El músculo se distribuye a través de la pared, dando al colon un aspecto cilíndrico liso. Aunque una población bacteriana está presente en el colon de carnívoros, sus actividades son esencialmente putrefactivas.
En animales herbívoros, el intestino grueso tiende a ser un órgano sumamente especializado implicado en la absorción del agua y del electrolitos, producción y absorción de vitaminas, y/o fermentación de las fibras vegetales. El colon de herbívoros es generalmente más ancho que su intestino pequeño y es relativamente largo. En algunos mamíferos herbívoros, el colon tiene el aspecto abolsado debido al arreglo de las fibras del músculo en la pared intestinal. Además, en algunos herbívoros el intestino ciego (la primera sección del colon) es absolutamente grande y sirve como el sitio primario o accesorio de la fermentación.



Omnívoros

Uno esperaría que un omnívoro mostrara las características anatómicas que lo facilita para comer carnes y vegetales. Según la teoría evolutiva, la estructura del aparato digestivo del carnívoro es más primitiva que las adaptaciones herbívoras. Así, un omnívoro podría ser entendido como un carnívoro que demuestra algunas adaptaciones del aparato gastrointestinal a una dieta herbívora.
Éste es exactamente la situación que encontramos en el oso, el mapache y ciertos miembros de las familias caninas. (Esta discusión será limitada a los osos porque son, generalmente, representantes de los omnívoros anatómicos.) Los osos se clasifican como carnívoros pero son omnívoros anatómicos clásicos. Aunque comen algunos animales, los osos son sobre todo herbívoros con 70-80% de su dieta comprendida por plantas. (La excepción es el oso polar que vive en el congelado ártico pobre de vegetación y la alimentación primaria es la grasa de la foca.) Los osos no pueden digerir la vegetación fibrosa bien, y por lo tanto, su alimento es altamente selectivo. Su dieta es dominada por las hierbas, los tubérculos y las bayas. Muchos científicos creen que la razón de la hibernación de los osos es porque su principal alimento (vegetación) no está disponible en los fríos inviernos del norte. (Obsérvese que la hibernación de los osos polares es durante los meses del verano en que las focas son inasequibles.)
Los osos exhiben generalmente las características anatómicas coherentes con una dieta carnívora. La articulación de la mandíbula de los osos está en el mismo plano que los dientes molares. Los músculos temporales son muy desarrollados, y el ángulo de la mandíbula, pequeño, se corresponde al papel limitado el pterigoideo, y los músculos maseteros participan en el movimiento de la mandíbula. El intestino pequeño es corto (longitud de cuerpo de menos de cinco veces) como el de los carnívoros puros, y el colon es simple, liso y corto. La adaptación más prominente a una dieta herbívora en osos (y otros omnívoros "anatómicos") es la modificación de su dentición. Los osos conservan los incisivos, los colmillos grandes y los premolares de los carnívoros; pero las muelas se han ajustado con las cúspides redondeadas para machacar y moler. Los osos, sin embargo, no han adoptado las uñas características de los herbívoros y conservan las garras alargadas de los carnívoros.
Un animal que captura, mata y come a la presa debe tener el equipo físico que hace a la depredación práctica y eficiente. Puesto que los osos incluyen cantidades significativas de carne en su dieta, deben conservar las características anatómicas que permiten que capturen y que maten animales. Por lo tanto, los osos tienen una estructura de la mandíbula, musculatura y la dentición que les permiten desarrollar y aplicar las fuerzas necesarias para matar y para descuartizar a la presa, aun cuando la mayoría de su dieta está basada de plantas. El oso tiene una articulación de la mandíbula tipo herbívoro (encima del plano de los dientes) que es una articulación, lejos, más eficiente para moler vegetación y que potencialmente permitiría que los osos aprovechar una gama más amplia de plantas en su dieta. Esta articulación es mucho más débil que la de los carnívoros. La articulación de la mandíbula de los herbívoros se disloca fácilmente y no soportaría bien las tensiones de someter la presa durante la lucha y/o en el quebrantamiento de los huesos (ni permitiría alcanzar la amplia gama de necesidades de los carnívoros). En la vida salvaje, un animal con una mandíbula dislocada pronto moriría de hambre o sería comido por otro y, por lo tanto, sería un resultado de la adaptación contradictoria. Una especie dada no puede adoptar, la más débil pero la más eficiente y móvil articulación del tipo herbívoro hasta que no haya basado su alimentación primaria en las plantas, ya que realmente estaría en riesgo de la dislocación articular, muerte y finalmente la extinción.



¿Qué somos nosotros?

El aparato gastrointestinal humano ofrece las modificaciones anatómicas consistentes con una dieta herbívora. Los seres humanos tienen labios musculares y una abertura pequeña de la cavidad bucal. Muchos de los "músculos supuestos de la expresión" son realmente los músculos usados en la masticación. La lengua muscular y ágil es esencial para comer, se ha adaptado al uso del habla y otras actividades. La articulación de la mandíbula es aplanada por una placa cartilaginosa y está localizado bien arriba del plano de los dientes. Se reduce el músculo de los temporales. La "mandíbula cuadrada característica" de los varones adultos refleja el proceso angular ampliado de la mandíbula y del desarrollado grupo de los músculos de los maseteros y pterigoideo. La mandíbula humana puede moverse adelante para enganchar las incisivos, y de lado a lado para machacar y para moler.
Los dientes humanos son también similares a ésos encontrados en otros herbívoros a excepción de los caninos (los colmillos de algunos de los monos son alargados y se piensa que son utilizados para la exhibición y/o la defensa). Nuestros dientes son algo grandes y lindan generalmente contra uno otro. Los incisivos son planos y como espada, útil para pelar, cortar y morder los materiales relativamente suaves. Los caninos no son serrados ni cónicos, pero son aplanados, romos y pequeños y funcionan como los incisivos. Los premolares y las muelas poseen un cuerpo casi cúbico, con su cara triturante aplanada y con protuberancias (llamadas cúspides), y son usados para machacar, moler y reducir a pasta los alimentos.
La saliva humana contiene la enzima amilasa que digiere carbohidratos. Esta enzima es muy importante en la digestión de los carbohidratos. El esófago es estrecho y preparado para el paso de pequeñas cantidades de comida masticada. El comer rápidamente, procurando tragar una cantidad grande de alimento o tragar alimentos difíciles de digerir y/o mal masticados (la carne es el culpable más frecuente) a menudo puede generar que la persona se ahogue.
El estómago del hombre tiene una sola cámara, su acidez es suave. (Clínicamente, si una persona presenta un PH gástrico menor de 4-5 (es decir mucha mayor acidez de lo normal) cuando hay alimento en el estómago es tema de estudio.) La capacidad del estómago representa cerca de 21-27% de la capacidad total del tracto gastrointestinal. El estómago sirve como cámara de mezcla y almacenamiento, mezclando los alimentos y transformando la mezcla en una masa semi-líquida y regulando su entrada en el intestino delgado. El intestino delgado humano es largo, con un tamaño promedio de 10 a 11 veces la longitud de cuerpo. (Nuestro intestino delgado tiene un promedio de 6 a 9 metros. El tamaño de cuerpo humano se mide de la parte superior de la cabeza al final de la espina dorsal y de los promedios entre 0.6 a 0.9 metros en longitud en individuos normales.)
El colon humano demuestra la estructura saculada (abolsada) característico de los herbívoros. La sección del intestino grueso es más grande que la del el intestino delgado. El colon es relativamente largo. El colon del hombre es responsable de la absorción del agua y de los electrolitos y de la producción y de la absorción de ciertas vitaminas. Hay también fermentación bacteriana extensiva de los materiales fibrosos de las plantas, con la producción y la absorción de las cantidades significativas de energía (ácidos grasos de cadenas cortas) dependiendo del contenido de la fibra de la dieta. La manera que la fermentación y la absorción de metabolitos ocurre en el colon humano recientemente ha comenzado a ser investigado.


Resumen

En conclusión, vemos que los seres humanos tienen la estructura del aparato gastrointestinal de un herbívoro. El Humano no muestra las estructuras mezcladas que uno espera encontrara en un omnívoro anatómico, como los osos y los mapaches. De ahí que como resultado de la comparación del tracto gastrointestinal de los humanos con el de los carnívoros, herbívoros y omnívoros nos permite concluir que está preparado para ser herbívoro.